NO PUEDO VERTE Y YA TE AMO
Por Olga Carrera
12 de noviembre: Querido
hijo, hoy nos confirmaron la emocionante noticia de tu existencia. Llevé
a tu mami a la consulta médica y ahora es oficial ¡Ya vives entre
nosotros! La doctora nos ha hecho preocupar un poco con la seriedad de su
expresión. Tu mami ha perdido ya tres embarazos. Tenemos tantos deseos de
ser padres.
15 de diciembre: Querido
hijo, tu corazón ya ha comenzado a funcionar. Late muy tenuemente, porque es
tan pequeñito, pero late…. Y el mío late por ti. No puedo verte y ya te
amo. Siento un gran deseo de protegerte.
3 de enero: Querido
hijo, hoy leí una noticia terrible en el periódico: Son millones las criaturas
en el mundo entero quienes, a tu edad, son succionadas bruscamente de las entrañas
de sus madres y desechadas en un balde, como si fueran desperdicio.
Tu mami no se ha sentido muy bien en estos días. La doctora le sugirió
que guardara reposo.
10 de enero: Querido
hijo, ¡felicitaciones! Ya entraste a la categoría de feto.
¿Quién duda ahora de que eres una personita? Ya tus bracitos y piernas
están totalmente formados. Cada una de tus manos cuenta con cinco deditos
que algún día trabajarán en armonía para juntar piezas y armar figuras
fantásticas. Tus pies, con todos sus deditos perfectamente alineados,
prometen corretear libremente por nuestras playas costeras. Tu mami está
un poco demacrada. Se queja de cólicos y de dolor de espalda. Ha
dejado definidamente su trabajo para reposar. Esperamos que todo salga
bien. Tenemos tantos deseos de recibirte en este mundo.
13 de febrero: Querido
hijo, ¡cómo te ha dado por crecer! Ya mides 18 centímetros. Tu piel
ha desarrollado un suave y delicado vello que cubre tu cuerpo entero.
Será una piel aceitunada especialmente diseñada para retar los despiadados
rayos del sol. ¡Y quién creyera que ya has comenzado a chuparte el dedo!
Hace dos semanas le dimos la noticia al resto de la familia. Abuelita va
a tejerte una cobijita para cuando salgas de tu escondite. Mami se ha sentido
mejor. Continúa guardando reposo… Yo quería que te
compráramos una cuna. Pero ella no
quiere. Dice que más adelante.
16 de marzo: Querido
hijo, ya tu cabeza está cubierta de cabellos. Seguramente tendrás pelo
castaño y rizado como el mío. Me imagino tu nariz perfilada y tus ojitos
pardos. Hoy tu mami te sintió mover por primera vez. Vieras la alegría de
su rostro cuando me contó. Tu presencia se hace cada vez más real. Cada vez
se hace más ávida la espera.
11 de abril: Querido
hijo, hoy ha nos has hecho reír con tus cosas. ¿Qué es eso de tener hipo
a tan corta edad? Pensé que tu mami bromeaba. Pero después de pegar
mi cara contra su abdomen, me convencí de que efecto eras tú el que tenías
hipo. Quiero convencer a tu mami de que compremos la cuna, pero ella está
un poco débil y no tiene deseos de salir.
20 de abril: Querido
hijo, mami tuvo una recaída. No sé qué hacer para confortarla.
Hablamos sobre ti. Sabemos que ya abres los ojos, pero no puedes ver el
mundo. No se divisa nada en la bolsa de agua en la que estás encerrado.
Cuando salgas te mostraré lo hermosa que es la naturaleza. Hoy, por
ejemplo, hace un sol esplendoroso. El cielo está claro y la marea está
calmada... ¡Aún no te conozco y ya te extraño!
17 de mayo: Querido
hijo, hoy te compré el primer juguete. Es un trencito con rieles.
Verás lo divertido que será armarlo y verlo dar vueltas y vueltas. Esas
son las buenas noticias. Las no tan buenas es que mami ha sido
hospitalizada. Recibirá atención médica por el resto de su
embarazo. Las enfermeras han sido amables y nos han dado ánimos. Dicen que todo saldrá bien.
12 de junio: Querido
hijo, ¡sabía que ibas a ser futbolista! ¡Qué patadas! Hoy le
serví un vaso de jugo a tu mami y se lo puse en lo alto de su abdomen.
Protestaste enseguida. Vi moverse el jugo tras tu espectacular
goleada.
15 de julio: Querido
hijo, espero que pronto estés aquí afuera, con nosotros. Sé que ya falta poco.
Hoy estuve con tu mami en la consulta y te vimos en tu bolsa de
agua. Es impresionante como has crecido. Ya casi no tienes espacio para
moverte. Estamos deseosos de verte. Tu mamá sigue guardando reposo
absoluto
25 de julio: Querido hijo, llegó el día tan esperado, pero me pidieron
que esperara afuera. Ya es casi la media noche y estoy agotado física y
espiritualmente. Tenía tantos deseos de presenciar tu nacimiento. Pero dicen los médicos que no es conveniente,
porque éste es un caso de alto riesgo.
La ansiedad me mata. Quiero saber
que está pasando. Una enfermera sale para mantenerme informado. Me dice que las cosas se han complicado. Tendrá que ser una cesárea. Tú eres fuerte, pero tu mamá se ha debilitado
mucho en estos últimos meses. Solamente
me queda rezar y no sé si recuerdo cómo hacerlo. Rezo por ti, por ella… y por los
médicos. Le pido a Dios que bendiga sus
manos para que sean instrumentos de un milagro.
26 de julio: Querido
hijo, mis torpes oraciones han sido escuchadas.
Los médicos pusieron todo su empeño para traerte al mundo y salvar la
vida de tu madre. ¡Y lo
lograron!
27 de julio:
Querido hijo, ahora que ya puedo verte, ¡te amo más todavía!
simplemente. hermosa historia. La narración mantiene la atención de manera permanente ¡qué va a pasar?
ResponderBorrarGracias por leer mi Blog.
ResponderBorrarEres un ser de luz muy especial.