EL
EMPLEADO MÁS FELIZ
Por
Olga Carrera
Un
cielo azul intenso y una nube ocasional adornan los enormes ventanales del
edificio... Su moderna construcción,
limitada a vidrio y acero, ofrece una vista
espectacular de la populosa ciudad que se extiende a su alrededor. La actividad en su interior es intensa. Cientos de empleados entran y salen
constantemente, dejando la impresión de que no saben a dónde van ni por qué
regresan. En el octavo piso una de
tantas oficinas despierta a los quehaceres del día.
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Buenos
días- saluda Joaquín con una
flamante sonrisa, empujando su carrito de correspondencia interna.
El
ambiente es típicamente tenso. Desde el
más alto gerente hasta el pasante de verano, respiran su diaria dosis de
zozobra.
Cada
mañana los empleados se saludan con rutinaria cortesía. En sus mentes, el interés está lejos de
centrarse en el compañero al que saludan.
Sus miradas de expresan constante preocupación. Cada uno de ellos conforma un engranaje
importante que contribuirá con la ejecución global de las tareas.
El
Gerente General gana muy buen dinero.
Cualquiera diría que proporcionalmente a sus ingresos, él debería ser el
empleado más feliz. Su personalidad es
afable, le gusta bromear con los empleados y conoce a cada uno por su
nombre. Las responsabilidades de su
cargo, sin embargo, con frecuencia le hacen entrar en profundas crisis de
origen logístico, que podrían poner en jaque todos sus años de constante
servicio a la empresa. En ocasiones ha
tenido que tomar decisiones contrarias a sus principios, pero en línea directa
con los intereses de la compañía.
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Buenas
tardes – se oye la voz de Joaquín mientras vacía las cajas de
reciclaje, que saca con cuidado de cada oficina y de cada cubículo
Los
cinco gerentes intermedios se toman muy en serio su papel de jefes. Parte de sus funciones es mantener a raya a
los empleados de las diferentes divisiones.
No pierden oportunidad de recriminar a sus subordinados cualquier error
cometido y de exponer los modos más viables de resolver cada reto. Sus propios errores nunca son cuestionados…
como si no existiesen… Aun en los días de menos tensiones cuando se hace
factible cumplir la jornada completa de trabajo sin contratiempos, allí están
los gerentes intermedios en su constante función de crear presión sobre sus
subalternos.
-
Buenas
noches- Se despide Joaquín al
caer la tarde y se dirige bailandito hacia su camión de reparto
El
gran departamento de ventas está compuesto por hombres y mujeres ambiciosos
capaces de competir con audacia dentro y fuera de la oficina, con tal de lograr
las metas asignadas y de ganar la codiciada y jugosa comisión. Su reto es crear en los clientes la necesidad
imperante de comprar más y más producto...
Una vez despachado el producto, el problema de sobre abastecimiento pasa
a ser problema del cliente. Los
vendedores se vuelcan a sus calculadores para tener un estimado preciso de
cuánto han ganado ese día.
Números,
cuentas, estrategias, mentiras blancas, todo forma parte del arte de hacer
dinero…Presiones, frustraciones, ceños fruncidos, constantes dolores de cabeza,
traiciones, humillaciones... Todo forma parte del mismo juego. Los resultados bien valen la pena: Casas
grandes, ropa de marca, vehículos lujosos, vacaciones fastuosas.
Joaquín
pone en marcha el camión de repartos de la empresa, prende la radio y tararea
alegremente al compás de la música que envuelve su cabina y sus sentidos. Joaquín nunca escalará posiciones de
importancia en la empresa. Durante los
últimos quince años ha sostenido el mismo trabajo que le permiten llevar
sustento a su madre enferma. Joaquín
nunca pudo estudiar. Su coeficiente intelectual no le permitió avanzar en
ningún tipo de estudio, ni preparase
técnicamente... Físicamente es un
hombre corpulento. Mentalmente es un
niño amable, siempre dispuesto a ayudar al que se cruce en su camino.
No,
Joaquín nunca aspirará a ganar dinero, ni a la casa grande, ni a la vacación
fastuosa, ni a la ropa de marca… En realidad esas no son cosas que llamen mucho
su atención... Él siempre será el último
en su compañía…Sin embargo, nadie discutiría que Joaquín ocupa un primer lugar
en tranquilidad y salud mental...Joaquín lleva con orgullo el título de El
Empleado Más Feliz.
me encantó el empleado mas feliz..una sencilla y valiosa lección para muchos
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