Fatalismo
de Aquiles Nazoa
Ruperta,
la muchacha que en el Llano
fue
durante algún tiempo novia mía,
y
que a la capital se vino un día
presa
de un paludismo soberano,
ya
es una girl de tipo americano
que
sabe inglés y mecanografía
y
que marcharse a Nueva York ansía
porque
detesta lo venezolano.
Como
esos que en el cine gritan: —Juupi!,
tiene
un novio Ruperta, y éste en «Rupy»
le
transformó su nombre de llanera…
Y
es que en mi patria —raro fatalismo—
lo
que destruir no pudo el paludismo
lo
corrompió la plaga petrolera
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