Un ojito se dormía
A la sombra de una ceja
Y su vecino insistía
En jugar con una oreja.
El ojito adormilado
A la boca le rogó
-arrulla al ojo de al lado
¡a ver si al fin duermo yo!
Y la nariz dijo así,
Un poco malhumorada:
-
Cántame también a mi
-
¡Porque no he dormido nada!
Del libro inédito “Apaga
la Luz”
Texto: Marilyn Pérez Falcón
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