Por ejemplo, que todos se conocen de memoria. Que viven agrupados en familias en las que, además de abuelos, abuelas y mamás, hay animales y plantas que llevan el mismo apellido.
Y qué cosa. A pesar de estar justo justo en el medio del mundo, Pueblito es un lugar muy poco visitado. Hay quienes no van porque opinan que es aburrido: no hay autos, no hay barullo ni graciosas confiterías.
Un día, sin embargo, llegó a Pueblito un señor nada joven, gordo, panzón y con cara de batata. Por todo equipaje traía una cámara fotográfica que colgaba de su cuello y un bolso. Era una mañana de sol y los pueblitenses, al verlo, lo recibieron contentos, con bombos y platillos.
El señor gordo panzón con cara de batata se acercó muy serio.
- Soy un gran empresario. Un réquete recontra empresario que sabe mucho de grandes empresas - dijo con voz distinguida.
Los pueblitenses lo miraron sin entender: no conocían la palabra "empresario", pero igual le ofrecieron ayuda.
- Quiero poner una gran empresa en este lugar - dijo el señor gordo y panzón -. Para eso, tengo que hacerlos famosos.
Los pueblitenses lo escucharon atentos.
- Necesito que me muestren los paisajes de este pueblo y mis fotos se convertirán en postales que el mundo entero verá y querrá conocer.
El presidente de Pueblito señaló la Plaza Central, llena de grandes y chicos pueblitenses y dijo:
- Éste es el paisaje más lindo que tenemos.
Pero el gordo panzón con cara de batata, frunció la nariz como de no gustarle. Y peguntó si no tenían museos, monumentos importantes...
- Aquella piedra donde duermen los pájaros es nuestro monumento nacional - respondieron seguros de éxito los pueblitenses.
Pero el gordo panzón con cara de batata, frunció la nariz como de no gustarle. Y algo enojado preguntó si acaso no tenían mares, palmeras, montes nevados.
- No - dijeron los pueblitenses preocupados por no poder ayudar al extranjero.
- Esto es una porquería - gruñó el señor.
Y los pueblitenses se largaron a llorar amargamente por el insulto.
Las inteligentes mariposas, que son mayoría en Pueblito, vieron lo que pasaba, y entre todas dibujaron sobre el cielo un hermoso paisaje de palmeras y mar. Al instante, cambiaron el dibujo y se volvieron montañas y ríos. Luego mar otra vez.
- ¡Vea eso señor! - dijo el presidente: ¡qué lindo mar! ¡qué palmera tan alta tenemos!
- Ustedes me están embromando. Esas son mariposas - dijo el gordo panzón con cara de batata.
Y con la cámara de fotos y su bolso, empezó a caminar hacia otra parte, abandonando Pueblito. "Esto es una porquería", repetía a gritos mientras se alejaba.
Pero ya nadie podía escucharlo. Los pueblitenses estaban maravillados con los dibujos de las mariposas. Mares, palmeras, montañas, ríos y bosques que, desde ese día, convirtieron a Pueblito en el único lugar del mundo donde, al mismo tiempo, pueden existir todos los climas y paisajes que se imaginan.
FIN
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